Para empezar tengo que decir que me considero muy afortunado por haber podido pertenecer al Seminario de Ciencias Naturales de este instituto.
¿Porqué? Pues, primero por haber tenido siempre unos compañeros maravillosos. Desde el principio, hace ya más de 24 años, a la Pilar Sesé, años más tarde a la Teresa Cuartielles, y ahora, a Joan Sabidó.
Y segundo, por qué la Pilar ha sabido crear un muy buen ambiente de trabajo haciendo que el Seminario funcione, y lo digo con orgullo, de una manera casi perfecta.
Son tantas las vivencias pasadas que es imposible nombrarlas todas, solo un pequeño esbozo para recordar su actividad y energía que nos llevó durante los primeros años a un frenesí creador, en el que nos divertimos creando prácticas nuevas, organizando excursiones por media Catalunya, haciendo exposiciones de setas en Otoño, o de fósiles. Incluso nuestro entusiasmo nos llevó al ICE de la Autónoma en donde muchos viernes por la tarde íbamos a explicar como se trabajaba en el Fort Pius.
Otra característica de la Pilar es su preocupación por los demás, nada se le escapa: ¡Luis, te veo cansado!, y rápidamente asume tu problema e intenta ayudarte con todo tipo de consejos. Gracias a Pilar el ambiente del Seminario es acogedor y protector. Nos cuidamos unos a otros, y si alguno tiene un problema o no se encuentra bien, el resto se desvive por cuidarlo y mimarlo. Y durante aquel año tendrá los mejores cursos y horarios, y siempre tendrá alguien a su lado para ayudarlo.
¿Y las reuniones de Seminario? Por que siempre, y desde un principio y todas las semanas nos hemos reunido. Reuniones en las que se habla de todo: excursiones, prácticas, necesidad de material, marcha de los programas, cantidad de aprobados, etc. pero también nos sirven para hacer terapia de grupo, cargar las pilas y salir con nuevos bríos a enfrentarse a las tareas diarias.
Pilar, como jefe de Seminario no tiene precio, ha sabido generar un Seminario idílico, que nunca ha dado ningún tipo de problema, que ha conseguido que los alumnos nos respeten y aprecien, y que nos recuerden con cariño, y que con frecuencia vengan a saludarnos y ha explicarnos como les va la vida.
Otra satisfacción es la académica, Pilar puede estar orgullosa pues año tras año los resultados en Selectividad de los alumnos de Biología son excelentes, e incluso en el denostado informe PISA el seminario ha quedado en un muy buen lugar.
También hay que reconocer que el Seminario tiene a menudo la concepción de que no esta del todo reconocido y respaldado como quisiera. Supongo que debemos dar una apariencia poco respetable, de esos chalados del último piso que se dedican a buscar moscas vírgenes para hacer experimentos de genética, o que tienen criaderos de bichos, e incluso de los que se sospecha que tienen una tortuga totalmente ilegal.
Sin embargo, Pilar siempre ha defendido con vehemencia y tozudez todo aquello que creía que era justo para el Seminario de Ciencias Naturales. Aún recuerdo cuando consiguió convencer al Claustro que la Primavera cae en Mayo y, por tanto, conseguir ser el único Seminario con permiso para hacer excursiones durante el final de curso con el fin de poder estudiar las flores y las mariposas del campo.
Trabajar con Pilar ha sido un privilegio y un honor, le gusta enseñar y le encanta su profesión, y esta sensación la ha trasladado a sus alumnos que disfrutan aprendiendo en sus clases, e incluso ha impregnado a los que trabajamos con ella.
En fin, hemos pasado muchos años trabajando juntos, y hemos pasado muchos buenos ratos y también algunos muy tristes.
Espero que a pesar de que ya tienes organizada y casi llena tu agenda de actividades para los próximos años, encuentres algo de tiempo para venir a visitarnos, pues nos encantara poder verte de nuevo.
Con todo cariño
El Seminario